La empresa Martirelo acomete una ampliación de sus instalaciones en Añavieja en las que invertirá 900.000 euros para duplicar su producción de patatas fritas en dos años y triplicar en un año el volumen de producción de la línea de repostería.
La empresa alimentaria ha decidido acometer este proyecto empresarial para hacer frente a la demanda del mercado. La firma ha cerrado recientemente un acuerdo con grandes cadenas de alimentación de implantación nacional «lo que nos lleva a incrementar nuestro producto en fábrica», explicó el responsable de la empresa, Jorge Redondo.
La creación de empleo con este proyecto industrial está cifrado en cinco personas que se sumará a las 25 que forman la plantilla actual que trabaja en las instalaciones de Añavieja.
El proyecto industrial de la firma conlleva una remodelación de las actuales instalaciones en las que trabaja la empresa que cuenta con una nave de 2.000 metros cuadrados para la producción de patata y como una zona anexa había otras pequeñas dependencias de 300 metros cuadrados. Según explicó el responsable de la empresa se va a construir una nueva nave de mil metros cuadrados en la que se ubicará todo el proceso de producción de la línea de repostería. Ello permitirá disponer del espacio que ocupa en la actualidad para la ampliación de la zona de patatas fritas.
La inversión también incluye una modernización de toda la maquinaria para las dos naves para mejorar los procesos productivos.
En materia de equipamiento la empresa colocará una planta de gas para abastecer de energía a las dos naves, “vamos a cambiarlo por el gasoil al ser una energía más limpia”. El proceso de modernización permitirá a Martirelo prepararse para crecimientos a corto o medio plazo, “en la planta de repostería vamos a colocar dos hornos, pero tiene capacidad para ocho hornos”, explicó Jorge Redondo.
Las previsiones de la empresa son tener concluidas las obras de ampliación y remodelación de las dos naves entre marzo y abril del próximo año. En marzo, la nave de patatas fritas y un mes después la de repostería.
Martirelo produce en torno al medio millón de kilos de patatas fritas al año. Con la ampliación la empresa pretende duplicar el volumen del producto en los dos próximos años. En cuanto a la repostería el balance anual de producción es de 200.000 kilos al año y gracias a la ampliación la firma espera poder triplicarlo en el periodo de un año.
Este incremento tendrá su reflejo en la facturación de la empresa que se incrementará hasta los 3,5 millones de euros a finales de 2018, frente a los 2,3 millones de euros con los que cerrará este año.
La firma se constituyó en 2005 y arrancó con la producción de patatas fritas, pero posteriormente desarrolló una línea de repostería y derivados del pan que tiene éxito en el mercado. Fabrica y comercializa galletas, magdalenas y picatostes y gracias a esta ampliación de instalaciones va incorporar otros productos como picos camperos, barritas de pipas, regaños, colines, bastoncillos de oliva y de sésamo. La mayor parte de ellos Martirelo ya los comercializaba «y ahora vamos a comenzar a fabricarlos», puntualizó Redondo. Dentro de la gama de patatas fritas la empresa va a sacar al mercado cuatro líneas de sabor a las que ya tiene en el mercado.
Varios socios crearon la firma en el año 2005 y arrancó con la producción de patatas fritas y unos años más tarde, en 2010 arrancó con la línea de repostería. En la actualidad, además de la plantilla que trabaja a diario en Añavieja cuenta con una delegación comercial en Madrid.
Los promotores de la empresa eligieron la pequeña localidad de Añavieja para establecer su negocio porque precisamente allí crecen unas de las mejores patatas de Castilla y León que son aprovechadas por esta firma para la elaboración de su producto. Martirelo crecido poco a poco a lo largo de los años y en estos meses afronta uno de sus proyectos más importantes con el que dará un salto cuantitativo en la producción, con el que consolida la actividad.